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Al llegar a la cima nos encontramos a miembros de la Asociación El Cantal en las tareas de restauración del aljibe o navajo del Rogel, preciosa obra de piedra seca que estaba en peligro de desaparecer por el mal estado que representaba.
Una vez allí y después de hacer un poco de tiempo colaborando en las tareas de limpieza y acondicionamiento, nos pusimos a almorzar con los compañeros y compañeras del Cantal, acabando el almuerzo con cantorías por parte del Tío Juan Antonio y con risas por parte de todas y todos. Después de almorzar vendría la tarea mas dura, recoger piedras para la restauración del navajo.
La verdad que valió la pena, con la mano maestra de Novella dejamos un navajo precioso, el cual volverá a desempeñar la tarea para la que fue comendado, que no era otra que la de ofrecer agua a los que se encontraban por la zona, animales y personas.
A la hora que comprendimos ya era buena para regresar, nos despedimos bajamos hacia Altura para llegar a la hora de comer cada uno a su casa.
No estubo mal para empezar la temporada.
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